Por Nuris Poma, Investigación-acción IPDRS.
El pasado jueves 15 de mayo de 2025 se llevó a cabo el tercer conversatorio virtual sobre cooperativismo en Bolivia, centrado en las cooperativas de vivienda y su aporte a la construcción de comunidad, ciudadanía y soluciones ante el déficit habitacional.
Organizado por el Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPDRS) con el apoyo de We Effect, en el marco de la investigación en curso sobre el cooperativismo en Bolivia y en conmemoración del Año Internacional de las Cooperativas 2025 declarado por la ONU.
Graciela Landaeta, Directora de la Fundación PROCASHA, presentó la experiencia boliviana del modelo de cooperativas de vivienda por ayuda mutua (COVAM), inspirado en el exitoso ejemplo uruguayo. Este modelo, basado en pilares como propiedad colectiva, autogestión, ayuda mutua y asesoramiento técnico, permite que familias organizadas no solo accedan a una vivienda digna, sino que construyan barrios integrales y comunidades solidarias.
Uno de los ejemplos destacados fue el de COVISEP (Cooperativa de vivienda por ayuda mutua) y COVIVIR (Cooperativa de vivienda por ayuda mutua), cooperativas que nacieron con el impulso de PROCASHA y el financiamiento de organismos como Hábitat para la Humanidad y el Centro Cooperativo Sueco. Estas iniciativas permiten que cada integrante contribuya activamente en la planificación, construcción y gestión del proyecto, reforzando el sentido de corresponsabilidad.
Además, resaltó el impacto del proyecto COSEMCO (Cooperativa de Mujeres Constructoras), que capacita a mujeres en técnicas de construcción mientras mejoran sus propias viviendas. Esta experiencia ha demostrado cómo la formación técnica, la generación de redes de apoyo y el liderazgo femenino pueden romper estereotipos de género y crear nuevas oportunidades económicas.
Erika Incata, investigadora sobre cooperativas de vivienda, analizó los desafíos normativos, financieros y estructurales que enfrentan las cooperativas de vivienda. Entre ellos, se destacan:
- La falta de un marco legal claro para la propiedad colectiva.
- El limitado acceso a créditos colectivos.
- La escasa disponibilidad de suelo urbano adecuado y servido.
- La preferencia institucional por la propiedad individual en las políticas públicas, a pesar del reconocimiento constitucional a la propiedad colectiva.
No obstante, resaltó avances a nivel municipal, como los casos de Tarata y Anzaldo (Cochabamba), que han reservado porcentajes de suelo para vivienda social en sus normativas urbanísticas.
Desde Colombia, Beatriz García del Campo, Directora País e Isaac López de We Effect Colombia compartieron la experiencia de la cooperativa COOMPAZCOL (Cooperativa Multiactiva para la Paz de Colombia), del departamento de Guajira. Inspirada en el modelo de ayuda mutua, esta ciudadela de paz busca ser un ejemplo de reincorporación colectiva, sostenibilidad y autonomía.
Pese a un contexto de privatización del derecho a la vivienda, el movimiento viviendista colombiano ha logrado insertar la propiedad colectiva en la Constitución y alcanzar avances puntuales. Además, la cooperativa trabaja en energías limpias, economía social y cuidado comunitario, con un fuerte componente de participación femenina.
Las y los participantes del conversatorio coincidieron en que las cooperativas de vivienda por ayuda mutua no solo brindan soluciones habitacionales sostenibles, sino que también fortalecen formas de vida más equitativas, solidarias y comunitarias. Frente a modelos privatizadores que han fallado en garantizar el acceso universal a la vivienda en América Latina, el cooperativismo se reafirma como una alternativa vigente, especialmente atractiva para las nuevas generaciones. Para que este modelo se consolide, remarcaron, es fundamental contar con marcos legales inclusivos, voluntad política y un firme compromiso institucional que reconozca y potencie su valor transformador.
📺 Mira el conversatorio completo aquí: