Por: Ruth Bautista Durán, Investigación – acción IPDRS

Del 12 al 20 de junio se realizó la novena versión del Foro Global de la Tierra de la Coalición Internacional de la Tierra (ILC, por su sigla en inglés), en la ciudad de Bogotá y diferentes territorios rurales de Colombia. Vivian Palomequi, Secretaria Ejecutiva de la Federación Sindical de Campesinos de la Regional Vaca Diez y actual Primera coordinadora del Bloque de Organizaciones Campesinas e Indígenas del Norte Amazónico Boliviano (BOCINAB) participó en uno de los principales paneles del primer día de discusión.

El panel se denominó “Experiencias interculturales para enfrentar la crisis agraria, alimentaria y climática” y fue dirigido por Javier Lautaro Medina, investigador del Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP), y contó con la participación de Miguel Miranda, coordinador de las Organizaciones de Población Desplazadas, Étnicas y Campesinas de Montes de María, que se refirió a los acuerdos entre diferentes partes; Arlendy Albino Claros, Presidenta de la Junta de Acción Comunal de la vereda Potreros del Municipio de Solano, Caquetá, que se refirió a los acuerdos de vecindad entre indígenas y campesinos en la Amazonia; Alba Portillo, coordinadora de la Red de Guardianes de Semillas de Vida que incluye a población afro, indígena y campesina; y Vivian Palomequi Irina, Secretaria Ejecutiva de la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de la Regional Vaca Diez y Primera coordinadora del BOCINAB, que se refirió al pacto de hermandad de los guardianes del Norte Amazónico de Bolivia, campesinos en las luchas por la tierra y alcance de la seguridad jurídica.

El panel promovió la reflexión sobre este tipo de diálogos, sus principales aprendizajes, sus potencialidades para la reforma agraria, y también las dificultades para las organizaciones al emprender estos diálogos para materializar acciones comunes de ordenamiento del territorio y de enfrentamiento de las crisis agraria, alimentaria y climática.

Vivian Palomequi explicó que el Bloque de Organizaciones Campesinas e Indígenas del Norte Amazónico de Bolivia (BOCINAB) es producto del proceso de liberación de las familias y comunidades que vivieron intensamente el tránsito entre el auge de la extracción de goma hacia la extracción de castaña, como modelos productivos que establecen una continuidad entre el extractivismo y la subordinación del trabajo campesino e indígena en esquemas de concentración de la tierra. La movilización del movimiento indígena y campesino, en lo extenso del país, luchó por el reconocimiento de derechos y logró refrendar legislación favorable. Este logro supuso que, en un determinado momento, acuerden un “pacto entre hermanos” para sacar adelante las demandas e impulsar su saneamiento y titulación agraria frente al sector “barraquero”, como popularmente se denomina a quienes ostentaban no solo la tierra y bosques, y el poder económico, sino también el poder y decisión política. Al no haber avances impulsan la IV Marcha Indígena nacional por tierra (2002), territorio y recursos naturales, y aunque en el año 2008 se ha dado por finalizado el proceso de titulación en la región, todavía existen una serie de demandas y conflictos de tierra por la vigencia de los “derechos expectaticios” de los antiguos terratenientes, hoy dueños de plantas beneficiadoras de castaña y empresarios exportadores del mismo producto. Aunque la estructura agraria se ha transformado radicalmente, la subordinación laboral no se terminó, y las oportunidades de los pueblos indígenas y comunidades campesinas por desplegar su control y gestión territorial son limitadas. Por ello, el BOCINAB agenda la protección de la Amazonía y una visión de desarrollo integral sustentable, que defienda sus derechos territoriales y el empoderamiento campesino e indígena frente a modelos productivos que perpetúan su subordinación.

Además, Vivian Palomequi participó de otros espacios promoviendo la defensa de la Amazonía y la necesidad de frenar los incendios forestales. La experiencia de esta joven dirigente sindical es peculiar en un contexto en el que los gobiernos en el mundo están enfrentando la crisis climática y el fortalecimiento de una serie de discursos conservadores que llegan, incluso a negar los impactos del cambio climático.