martes 25 noviembre, 2025
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Profesora Apipilhuasco en primer dia de curso

Durante los días 18, 19 y 20 de noviembre se desarrolló en la oficina del IPDRS en La Paz, el curso presencial “Métodos etnográficos para estudios pluriculturales”, un espacio que reunió a más de 20 participantes, docentes, investigadores y estudiantes de pre y posgrado de distintas áreas de las ciencias sociales y humanidades, interesados en fortalecer sus herramientas para la construcción de investigación situada, ética y crítica. El objetivo del curso fue brindar herramientas éticas y teórico-metodológicas que permitieran profundizar, complementar o ampliar la formación académica en torno a la recopilación, construcción y sistematización de datos empíricos.

La formación estuvo a cargo de la Dra. Fernanda Apipilhuasco Miranda, PhD en Antropología Social por El Colegio de Michoacán y posdoctorante en el CIESAS, cuyas investigaciones sobre rituales mortuorios de ascendencia indígena en México y Bolivia aportaron un enfoque agudo y profundamente sensible sobre la etnografía como práctica corporal, disciplinaria y relacional.

A lo largo de las tres jornadas, se enfatizó que la etnografía no puede reducirse únicamente a un conjunto de técnicas, se trata de un cuerpo disciplinario que articula dimensiones teóricas, metodológicas, interpretativas y éticas. Desde este enfoque, comprender la etnografía como un proceso situado es esencial para reconocer la diversidad de realidades sociales y para colocar la perspectiva emic en el centro de la construcción del conocimiento.

La Dra. Apipilhuasco subrayó la importancia de no confundir las herramientas de investigación con la etnografía misma. Se discutió también la necesidad de evitar la exotización y de cuestionar el “colonialismo de la diferencia”, recordando que el trabajo etnográfico no se limita a comunidades indígenas, sino que puede y debe realizarse en cualquier contexto social donde queramos comprender prácticas, sentidos y experiencias.

Uno de los ejes más profundos del curso fue el reconocimiento de que toda observación es siempre participante: la sola presencia de quien investiga interpela, transforma y modifica el campo. Lejos de aspirar a una mirada total, se reflexionó sobre la necesidad de asumir los límites del observar y la idea de que el conocimiento que producimos es siempre una aproximación situada, nunca una totalidad exhaustiva. 

Profesora Apipilhuasco explicando el curso

A partir de autores como Eduardo Restrepo, Roxana Guber, Laura Nader y Erving Goffman, se discutió cómo cruzar datos, relatos y materiales no es solo un ejercicio técnico, sino una forma de profundizar en la comprensión de aquello que investigamos. Este cruce permite complejizar la interpretación y reconocer que, en última instancia, toda etnografía implica también un componente de ficción en tanto construcción narrativa de la realidad.

Las reflexiones también abordaron la tensión entre distancia analítica y proximidad afectiva, un equilibrio necesario para comprender de manera detallada las vidas de las personas sin perder la capacidad crítica para interpretarlas. Se insistió en que hacer trabajo de campo implica una presencia consciente, ética y respetuosa, en la que las relaciones construidas sostienen la calidad del conocimiento producido.

Otro de los aspectos fundamentales del curso fue la reflexión sobre la escritura etnográfica. Desde la experiencia de la docente, la escritura surge desde el territorio, desde el contacto directo con las personas, los espacios y las prácticas sociales. La descripción profunda, rigurosa y situada es la base sobre la cual se construye posteriormente la interpretación. Sin una buena descripción, no es posible una buena teoría.

El curso generó un diálogo plural entre participantes provenientes de diversos territorios y disciplinas, fortaleciendo el intercambio de saberes y experiencias. Nos llevamos nuevos marcos conceptuales, herramientas etnográficas y, sobre todo, preguntas que amplían la forma en que miramos, narramos y comprendemos lo social desde nuestras prácticas cotidianas.

Agradecemos a la Dra. Fernanda Apipilhuasco Miranda por compartir su experiencia y acompañarnos en este espacio de aprendizaje colectivo. Gracias también a todas y todos por su participación activa. Seguimos caminando juntas y juntos, fortaleciendo nuestras prácticas y construyendo conocimientos de manera ética y respetuosa.

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