martes 13 agosto, 2024
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Del 7 al 9 de agosto, la ciudad de Lima, Perú, fue sede del Primer Encuentro del Grupo de Pueblos Indígenas de la Coalición Internacional para el Acceso a la Tierra en América Latina y el Caribe (ILC LAC). Este evento reunió a representantes de organizaciones indígenas provenientes de Brasil, Colombia, Guatemala, Perú, México, Argentina y Ecuador, con el objetivo de fortalecer la articulación y la incidencia de los pueblos indígenas en temas cruciales para sus territorios y derechos. Durante las jornadas, uno de los ejes principales fue el rol de las Coaliciones Nacionales de Tierra (CNTs) y la ILC en el apoyo a las organizaciones indígenas. Se debatió sobre cómo estas plataformas pueden servir como herramientas efectivas para el fortalecimiento de la gobernanza territorial y la defensa de los derechos colectivos.

Presentación de las y los facilitadores de las Coaliciones Nacionales por la Tierra de la ILC LAC: Ecuador, Bolivia, Argentina, Perú, Guatemala y Colombia

Además, se abordó el papel de las organizaciones indígenas enfatizando en que éstas actúan como la columna vertebral del grupo, aportando la experiencia, conocimiento y sabiduría ancestral que son esenciales para enfrentar los desafíos contemporáneos que afectan a sus territorios. Su participación no solo garantiza que las agendas y estrategias del grupo reflejen las realidades y prioridades de las comunidades indígenas, sino que también asegura que las decisiones y acciones estén enraizadas en un enfoque de autodeterminación y gobernanza propia. A través de su articulación en el grupo de trabajo es posible coordinar esfuerzos, compartir experiencias y fortalecer alianzas, lo que amplifica la capacidad de incidencia en espacios de toma de decisiones en cada uno de sus países y en toda la región.

Presentación de una parte de los miembros de organizaciones indígenas: COICA, Jóvenes Indígenas ILC LAC, Luna Creciente Ecuador y ONAP

El segundo día del encuentro giró en torno a la incidencia política con énfasis en eventos y espacios internacionales, como la COP 30 de Cambio Climático, la COP de Biodiversidad y el Foro Permanente de Pueblos Indígenas. Este espacio permitió recoger la experiencia de las organizaciones que ya asistieron para visibilizar posibles rutas de incidencia, facilitar espacios de articulación y hacerle frente a la burocracia que muchas veces limita la participación de los pueblos indígenas. Por su parte la COP 30 de biodiversidad se destacó como una oportunidad clave de incidencia por su ubicación geográfica en la región, lo cual permite ampliar las posibilidades de representación, participación y visibilización de las condiciones de los pueblos indígenas, con especial énfasis en sus derechos territoriales.

Un tema que generó un amplio debate fue el del mercado de carbono y su impacto en los territorios indígenas. Si bien algunos representantes vieron en este mercado una oportunidad para la conservación ambiental y la generación de ingresos, otros expresaron profundas preocupaciones. Para muchas comunidades, el mercado de carbono representa una amenaza a su autonomía, ya que implica la mercantilización de sus territorios y recursos naturales. Además, señalaron que los proyectos de compensación de carbono a menudo se imponen sin consulta previa, vulnerando sus derechos fundamentales.

En cuanto al mercado de carbono, la discusión puso de manifiesto la complejidad de las soluciones propuestas desde el ámbito global. Si bien la conservación ambiental es una prioridad compartida, las formas en que se pretende alcanzarla pueden entrar en conflicto con las visiones y modos de vida indígenas. Aquí surge la pregunta de cómo pueden las comunidades indígenas participar de manera justa y equitativa en estas iniciativas sin sacrificar su autonomía ni sus derechos.

El tercer día de jornada se enfocó en el manejo territorial y planes de vida de las organizaciones indígenas como herramientas para que las comunidades definan su desarrollo basado en sus propios valores y cosmovisiones, asegurando su autodeterminación y fortalecimiento cultural. Sin embargo, enfrentan desafíos como la tendencia a homogeneizar las realidades diversas de los pueblos indígenas, la falta de recursos, y la presión de modelos externos de desarrollo, lo que subraya la necesidad de adaptarlos a las particularidades de cada comunidad.

Finalmente, la gobernanza del Grupo de Trabajo de Pueblos Indígenas también fue un tema clave del encuentro. Se eligió una “mesa directiva” que tendrá la responsabilidad de liderar el grupo y de coordinar las acciones futuras. La composición de esta mesa fue un reflejo del compromiso del grupo con la representación equitativa y la inclusión de diversas voces y perspectivas de las instituciones y organizaciones de los pueblos indígenas.

Mesa directiva – gobernanza del grupo de trabajo de pueblos indígenas de la ILC LAC

Los titulares de la mesa directiva son Janitzin Gutiérrez de Ecomunis México, Germán Victoria de Redes Chaco Argentina, Jammer Manihuari de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica – COICA, Neydi Juracán del Comité Campesino del Altiplano – CCDA Guatelama, Manuel Morales de ECOLEX Coorporación de Gestión y Derecho Ambiental del Ecuador, y Andrea Saldes del Observatorio Ciudadano de Chile. Y en suplencia se encuentra Ruth Bautista del Instituto Para el Desarrollo Rural de Sudamérica – IPDRS, y Guido Cortéz del Centro de Estudios Regionales para el Desarrollo de Tarija – CERDET, ambos de Bolivia.

El primer encuentro del grupo de trabajo sobre pueblos indígenas de la ILC LAC representó un hito en la articulación de esfuerzos a nivel regional para la ILC, estableciendo las bases para una colaboración más coordinada y efectiva entre las organizaciones indígenas, las organizaciones no gubernamentales y las coaliciones nacionales por la tierra. Este espacio permitió no solo la construcción de un marco común de trabajo, sino también el fortalecimiento de redes de apoyo y la identificación de prioridades compartidas en la defensa de los derechos territoriales, culturales y políticos de los pueblos indígenas. El encuentro marcó un avance significativo hacia la consolidación de una agenda unificada que busca incidir en las políticas públicas y en los debates internacionales sobre los derechos indígenas.

Sin embargo, el encuentro también puso de manifiesto las tensiones y desafíos que enfrenta el movimiento indígena en la región. La necesidad de articularse con plataformas globales y mecanismos internacionales, que pueden ofrecer recursos y visibilidad, se contrapone al riesgo de que estas alianzas diluyan las agendas locales y desvíen la atención de las prioridades específicas de las comunidades indígenas. Existe una preocupación legítima de que, al integrar los intereses locales en un marco global, se pierdan matices importantes y se comprometa la autonomía de las decisiones comunitarias. Este dilema subraya la importancia de mantener un equilibrio cuidadoso, donde las alianzas internacionales sirvan como herramientas para fortalecer, y no reemplazar, las luchas y visiones propias de las comunidades indígenas. El reto para el grupo de trabajo de la ILC LAC será encontrar formas de aprovechar las oportunidades globales sin perder de vista las realidades y necesidades locales, asegurando que las voces indígenas sigan siendo las protagonistas en la definición de su propio futuro.