El Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica – IPDRS es parte de un programa liderado por OXFAM denominado “Justicia climática para sociedades más equitativas e inclusivas en América Latina”. Tras un intensivo trabajo de cinco años en el norte amazónico boliviano, el IPDRS se prepara brindar insumos y herramientas a jóvenes, mujeres y hombres para su participación informada en instancias que hacen a la agenda y compromisos globales frente al cambio climático. Participan de esta agenda una serie de Estados, organismos, corporaciones, sector privado y, en ese complejo de perspectivas e intereses, nuestro principal objetivo será generar condiciones habilitantes para la sociedad civil.
Entre las actividades previstas en Bolivia, se está generando un programa formativo para jóvenes, que han participado de nuestra iniciativa “bosques educativos” en su etapa escolar y que ahora, están afianzándose como brigadistas ambientales y líderes sociales. Además, trabajaremos con periodistas de la región, comunicadores populares territoriales y el periodismo de opinión a nivel nacional. El programa formativo también alcanzará a mujeres organizadas en iniciativas económicas. La propuesta formativa incluye una comprensión de la crisis climática a nivel global marcada por la desigualdad en el mundo, ese contexto, la importancia de la Amazonía, los impactos del extractivismo, en articulación con los compromisos globales para mitigar el cambio climático y el rol de la institucionalidad multilateral. Nos asomaremos a las posibilidades de la transición ecosocial y las propuestas territoriales para enfrentar al cambio climático.
Las actividades del programa inician precisamente cuando, desde el Ecuador, se prepara y presenta un mapa de falsas soluciones (https://www.mapafalsassoluciones.com/) a la crisis climática, que identifica en Bolivia el caso de la Planta de Producción de Hidrógeno Verde y Amoniaco Verde, para la producción de energía «verde», en el departamento de Oruro, y a la cabeza de la Empresa H2 Bolivia S.A. La energía y economía verde son objeto de una serie de críticas porque, pese a tener el objetivo de descarbonizar la industria en perspectiva a atenuar los impactos y emisiones de gases de efecto invernadero, en realidad, su puesta en marcha requiere de fuertes inversiones en infraestructura y su intervención en los ámbitos territoriales agudiza los impactos que la minería ha tenido hace ya mucho tiempo en la región.
Así como este ejemplo, en toda la región, se tienen varias experiencias que se solapan en un léxico “verde” o “limpio” que confunde a la población y pone en riesgo los modos de vida y los proyectos propios en los territorios principalmente rurales. La mercantilización de la naturaleza, se manifiesta en los mercados de carbono, las compensaciones climáticas, la energía verde y otras alternativas a la descarbonización, presentadas como estrategias corporativas para continuar con la explotación de los combustibles fósiles.
Este programa formativo permitirá que una diversidad de actores participen de eventos como el Foro Social Panamazónico – FOSPA a realizarse en este año en nuestro país, y que promueve el protagonismo de la sociedad civil; y, además, de la Conferencia de Partes – COP, en los siguientes años.