lunes 19 febrero, 2024
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Tras un proceso de relevamiento de información y articulación con una serie de organizaciones, instituciones y colectivos, presentamos un nuevo Informe Anual sobre Acceso a la tierra y territorio en Sudamérica, en esta oportunidad con un enfoque basado en las mujeres. Este material, como los anteriores, consiste en un insumo y herramienta para organizaciones, instituciones de desarrollo, académicos militantes y activistas interesados y articulados al ámbito agrario y territorial. Encontramos un hilo común que las mujeres están tejiendo respecto a la política del cuidado y la forma de habitar los territorios. El Informe Mujeres puede descargarse aquí: https://doc.ipdrs.org/InformeMujeres

Octavo Informe Anual sobre Acceso a la tierra y territorio en Sudamérica 2022

El Informe Mujeres visibiliza la situación de las mujeres, las desigualdades que enfrentan, sus agendas organizativas respecto al ámbito agrario y territorial, y recoge la voz en primera persona de mujeres rurales protagonistas recayendo en sus discursos específicos y en la identidad de cada una de ellas.

Esta nueva versión del informe muestra que el escenario regional está marcado por la crisis económica que sirve de justificativo a la profundización del modelo extractivista y la disputa por los bienes naturales. Esta situación supone un permanente asedio y presión en los territorios indígenas y comunidades campesinas, la agudización de la violencia en el campo, la criminalización de líderes y defensoras y defensores de derechos, y el deterioro de las condiciones de vida de las familias rurales, y recae con mayor fuerza en el cuerpo de las mujeres.

El escenario político sigue agrietado por las fuertes tensiones políticas, en algunos países con crisis agudas; y en otros, con mayores expectativas, y enormes desafíos. Lo cierto es que la institucionalidad y sistemas democráticos están cada vez más debilitados por la falta de legitimidad y la persistente arremetida contra los derechos democráticos.

El acceso a la tierra y territorio para las mujeres es un pendiente. En la mayoría de los países sudamericanos no se cuenta con datos desagregados por género, o no se tienen políticas públicas, programas o normativas que incentiven tal fin. Destacamos algunos avances como en Colombia en donde se ha privilegiado la entrega de tierras a mujeres, en Bolivia se tienen notorios avances en la co-titulación de tierras, así como en Uruguay. Los territorios colectivos carecen de información sobre la situación de las mujeres y su participación efectiva en la gestión territorial. Los esfuerzos deben ser redoblados, constantes, y proporcionar presupuestos necesarios y suficientes para que las mujeres mejoren sus condiciones de vida en el campo y se pueda afectar la estructura de violencia y desigualdad que las atraviesa.

Hemos constatado que al implantarse proyectos extractivos también se implantan diversas formas de violencia que atraviesan los cuerpos y vidas de las mujeres. Muchas veces son hostigadas, criminalizadas, desalojadas, explotadas laboral y sexualmente, y asesinadas. Los niveles de violencia se concentran en Brasil y Colombia, principalmente, aunque en países como Paraguay, Chile, Venezuela y Bolivia van en alarmante aumento. Ante ello destacamos que las mujeres han puesto históricamente sus cuerpos para la defensa de los territorios, los modos de vida, el medio ambiente, la práctica de agroecología; y la sostenibilidad de la vida.

Frente a este panorama tan complejo las mujeres y sus organizaciones son la vanguardia de las luchas sociales, la lucha por la tierra es la madre de las luchas puesto que de ella emanan las múltiples defensas por la vida. Las mujeres campesinas, indígenas y afrodescendientes demuestran que el trabajo de cuidado, el trabajo cotidiano – que se ha denominado doméstico y privado- es parte fundamental del sostenimiento de la vida en cada familia, comunidad, territorio, país y región.

En esta versión del informe contamos con las contribuciones de una amplia diversidad de mujeres indígenas, campesinas y afrodescendientes protagonistas de procesos agrarios y territorios de cada país, a través de sus testimonios solidarios y abiertos a la discusión. En Argentina contamos con la contribución de María Carolina Llorens del Movimiento Nacional Campesino Indígena  (MNCI) Somos Tierra, de Moira Millán de la Nación Mapuche, y a Verónica Trpin investigadora del Conicet y directora del IPEHCS-CONICETUNCo; en Bolivia a Ángela Flores Visalla del Consejo de Capitanes de Chuquisaca (CCCH), Zandra Loayza Pereira de la Federación de Artesanas Amazónicas de Riberalta (FAAR), y a Marxa Chávez León, investigadora feminista independiente; en Brasil a Concita Maia Manchineri  del Instituto de Mujeres del Amazonas (IMA), a Joseane Ramos dos Santos del Tribunal Originario de Aby Ayala, a Sirley Ferreira del  Movimiento de Mujeres Campesinas (MCC), y a Valeria Pereira Santos de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), en Chile a Paula Aguayo – Champurria y activista de la Red por la superación del modelo forestal, a Estefany Lobos Castro Campesina de Lomas de Putagán, Región del Maule, y docente de la Universidad de Bío Bío, y a Carolina Vilches Fuenzalida del Movimiento de Defensa por el Acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medio Ambiente (Modatima); en Colombia tuvimos a Magaly Belalcázar de la Plataforma por la Incidencia Política de Mujeres Rurales de Caquetá, a Roseli Finscue Chavaco del Programa de Mujeres del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), y con Ana Jimena Bautista inspectora de tierra de la Agencia Nacional de Tierra.

Mientras que en Ecuador tuvimos a Zenaida Yasacama vicepresidenta de la Confederación de Nacionalidades indígenas de Ecuador (CONAIE), a Nancy Bedón presidenta de la Unión de las Organizaciones Campesinas de Esmeraldas (UOCE), y a Melissa Ramos Bayas del Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria del Ecuador (SIPAE) y concejera de la International Land Coalition (ILC); en Paraguay tuvimos a Alicia Amarilla Leyva de la Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (Conamuri), a Bernarda Pesoa Torres defensora territorial y ambiental del pueblo Qom; y a Inés Franceschelli del Centro de Estudios Heñoi; en Perú tuvimos a Grecia Ruiz Elías secretaria de Juventudes de Piura y parte de la  Confederación Campesina del Perú (CCP), a Mayra Macedo Mozombite  de la Organización Comunidades Indígenas de Mujeres Shiwilu (OCIDMUSHI), y a Raquel Reynoso Rosales de la Asociación de Servicios Educativos Rurales y de la Plataforma Regional Mujer Rural y derecho a la Tierra de la ILC; en Uruguay tuvimos a María del Lourdes Sequeira Mora de la Mesa de Desarrollo Rural de Tacuarembó, a Gimena Pereira Rodríguez activista de la Organización Mundo Afro, y a Francesca Repetto investigadora del Núcleo de Estudios Rurales del CENUR Noreste-Sede Tacuarembó; y finalmente en Venezuela tuvimos las contribuciones de Aylin Maite García García de la Fundación contra el Sicariato Campesino (Fundaprofavisi), a Ana María Fernández Fernández vocera de Oripanto Oayapo Tüonde -Mujeres Defensoras del Territorio, a Nhelsyr González directora de Acción Campesina, y a Atenea Jiménez de la Red Autónoma de Comuneros.

El Informe Mujeres procura una metodología que permita acceder a la voz en primera persona de las protagonistas de los procesos agrarios y territoriales, y las perspectivas y análisis de quienes trabajan en compromiso a estas organizaciones, temas y construyen conocimiento colaborativo. Con este esfuerzo esperamos contribuir y visibilizar la política del cuidado con el que sostienen la vida las mujeres rurales en Sudamérica.

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