martes 2 abril, 2024
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Desde el trabajo que realiza el IPDRS en la Amazonía, derivamos una serie de aprendizajes que merecen compartirse en el ámbito del conocimiento. Los diez bosques educativos que se han implementado en diferentes municipios del norte amazónico en Bolivia han facilitado el diálogo entre las instituciones del territorio –la comunidad, la unidad educativa y las niñas, niños y adolescentes–, pero también el diálogo intergeneracional para recuperar la memoria que contiene los conocimientos del bosque, los árboles más longevos, los frutos del bosque, sus beneficios, las plantas medicinales, el canto de las aves, el trajín de los animales y otras circunstancias que caracterizan a los sabedores del bosque.

Estos conocimientos sueles ser desestimados porque la sociedad valora otro tipo conocimientos que han ido modificando la vida de los pueblos y las comunidades, e impone otras formas de relacionarse con la naturaleza. Indudablemente, la actividad de la recolección de frutos del bosque corresponde a una forma de habitar la naturaleza; y las actividades extractivas y agresivas, corresponde a otras formas de habitar el planeta. El actual contexto de crisis climática debería convocarnos a analizar estas claves de existencia humana y la reproducción de la vida.

La Amazonía es objeto de atención de una diversidad de miradas e intereses. Pese a las múltiples movilizaciones y acciones de defensa territorial desde sus vivientes y habitantes amazónicas y amazónicos, esta visión de ella, como objeto, persiste y determina una serie de intervenciones por el desarrollo, la extracción de sus bienes naturales, la explotación de sus servicios y la modificación de los modos de vida y resistencia humana.

La crisis civilizatoria que caracteriza a este momento del sistema-mundo se expresa también en el cansancio y movilidad de su población originaria y viviente. Específicamente, la juventud amazónica se ve atravesada por una serie de disputas y tensiones. Por un parte, los discursos desarrollistas, el ambientalismo verde y diferentes opciones que mercantilizan la naturaleza; y, por otra parte, una serie de necesidades irresueltas como la tenencia y gestión de sus territorios, los servicios básicos, la salud y educación superior. Entre estas controversias, los pueblos indígenas vivientes de la Amazonía recurren a sus conocimientos, subordinados e invisibilizados por el conocimiento occidental, para persistir en la protección de los bosques, la sobrevivencia cultural y la reproducción de la vida amazónica.

Este enfoque será el que anime un evento en el marco del Foro Social Panamazónico – FOSPA, que se propone reunir experiencias que, habiendo trabajado en la activación de la memoria y el necesario diálogo intergeneracional a favor del conocimiento territorial, hayan derivado contribuciones a la educación de las nuevas generaciones amazónicas en el marco de la interculturalidad y estén proponiendo ontologías y narrativas propias para enfrentar el actual contexto en crisis multidimensional y la proliferación de intervenciones violentas hacia la naturaleza y la humanidad.

Animamos a organizaciones, iniciativas e instituciones a participar del XI FOSPA 2024 cuya sede en este año es Bolivia, en las ciudades de Rurrenabaque y San Buenaventura. Las y los interesados en este evento, pueden consultar a rbautista@ipdrs.org.