martes 22 octubre, 2024
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Ayer se llevó a cabo un  conversatorio que reunió a diplomáticos, académicos y expertos de varios países de Sudamérica. El evento fue un espacio para reflexionar sobre la geografía crítica, sus perspectivas y desafíos en la región.

La geografía crítica ha emergido como una disciplina transformadora que cuestiona las estructuras de poder, repiensa el territorio, y se alinea con los movimientos sociales para promover justicia social y ambiental. Países como Brasil, Ecuador, Chile, Bolivia y Venezuela lideran diversas escuelas de pensamiento, integrando enfoques feministas, decoloniales, agrarios y ecosistémicos.

La geografía crítica en Sudamerica se ha desarrollado como respuesta a modelos extractivistas, desigualdades sociales y la invisibilización de comunidades. Esta corriente se construye desde la práctica colaborativa, integrando movimientos sociales, saberes ancestrales y luchas feministas para resignificar el territorio y promover la justicia socioecológica.

Uno de sus ejes fundamentales es la geografía del hacer, que trabaja junto a colectivos como el MST en Brasil, generando cartografías colectivas que muestran realidades omitidas por el Estado. En distintos países, estas cartografías cuestionan la noción de “territorios vacíos” y visibilizan conflictos por la tierra desde una perspectiva comunitaria y anticolonial.

Otro enfoque relevante es la educación y cartografía social, donde la geografía feminista busca empoderar a las comunidades, visibilizando violencias estructurales tanto en zonas rurales como urbanas. Además, las comunidades indígenas promueven un mapeo espiritual, documentando la interconexión entre ecosistemas, ríos y montañas, en un intento por proteger los territorios ancestrales ante la amenaza extractivista.

La defensa de los recursos naturales se manifiesta en luchas como los conflictos por el agua en Venezuela, donde el agua es entendida no solo como un recurso, sino como un marcador de identidad y protesta. En la Amazonía boliviana, la resistencia se articula en torno a la preservación de la identidad cultural y lingüística, enfrentando las imposiciones del Estado.

La idea de una geografía de la imaginación permite repensar el territorio más allá de su explotación, fomentando una comprensión integral que une identidad, ecología y memoria.

Una Geografía Crítica para Transformar el Futuro

La geografía crítica en América Latina trasciende los mapas tradicionales, convirtiéndose en una herramienta de transformación social al servicio de los movimientos comunitarios. A través del contramapeo, las alianzas con comunidades indígenas, y las lecturas ecosistémicas del territorio, esta disciplina plantea nuevas formas de pensar y actuar sobre el espacio.

 Para nosotros, es esencial continuar visibilizando estas iniciativas, promoviendo una comprensión más amplia del territorio y apoyando el conocimiento local para construir un futuro más justo y sostenible.

Esto momento de intercambio han sido sumamente enriquecedores, mostrando cómo la geografía crítica no solo cuestiona las estructuras tradicionales de poder, sino que también impulsa nuevas formas de entender el territorio. Este enfoque nos invita a repensar la relación con el entorno desde una perspectiva más ecológica y humana, inspirando acciones transformadoras a nivel local y global.

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