El 2 de diciembre de 2025 se llevó a cabo un encuentro en la comunidad indígena de Naranjal, ubicada en el municipio de San Lorenzo, departamento de Pando, Bolivia. Naranjal es un punto estratégico de articulación territorial y se distingue por el trabajo organizado y el sentido de colectividad de sus integrantes, quienes buscan condiciones de vida dignas para todo su territorio.
En este contexto de fuerte organización, y gracias al trabajo de la Asociación NARASHU (Naranjal en lengua tacana), compuesta por las mujeres de la comunidad para sostener económicamente sus hogares mediante la producción de productos cosméticos y licores de frutos amazónicos, nació la idea de la Casa de la Memoria. Este espacio fue imaginado como un lugar para transmitir los saberes que las mujeres están generando a las nuevas generaciones y a otras mujeres que desean generar o diversificar sus ingresos.
Actualmente en construcción, la Casa de la Memoria es un proyecto liderado por las mujeres de NARASHU, quienes se encargan de la planificación hasta la construcción, incluyendo la preparación de los alimentos y el cuidado colectivo de los hijos e hijas durante los trabajos. El proceso constructivo en sí mismo es un diálogo vivo con el territorio y con los saberes tacana.
El objetivo principal del encuentro fue la elaboración del Reglamento Interno de la Casa de la Memoria. La redacción de este documento fue considerada necesaria para establecer normas claras sobre cómo será utilizado el espacio, por quién y en qué momentos. El Reglamento sirve para identificar la necesidad de regular las acciones y prevenir posibles problemas. Los principios fundamentales que sustentan este documento incluyen la valorización de la cultura tacana, la creación de espacios dedicados a las mujeres, la promoción de la solidaridad, el reconocimiento hacia las mujeres y la atención a la economía del cuidado.
Para asegurar un proceso participativo y completo, el grupo de trabajo se dividió en tres microgrupos, que abordaron distintos aspectos cruciales: en primer lugar, se establecieron los principios y valores orientadores que deben guiar el uso del espacio, entre los cuales destacan la Responsabilidad, el Respeto, la Identidad, la Solidaridad, la Honestidad en la gestión administrativa, la Empatía y la Tolerancia.
Las mujeres definieron quién puede utilizar el espacio, que estará abierto a todas las personas, grupos e instituciones que trabajen por el fortalecimiento de la comunidad y de las mujeres tacana. Serán bienvenidas instituciones públicas como el Gobierno Autónomo Municipal de San Lorenzo, el Gobierno Autónomo Departamental de Pando, entre otras, y las instancias de prevención de la violencia contra las mujeres, así como instituciones privadas de apoyo. Se dará prioridad a las mujeres indígenas artesanas del territorio y a los grupos juveniles interesados en el cuidado de la Naturaleza.
Los usos prioritarios de la Casa de la Memoria incluirán actividades formativas contra la discriminación de las mujeres indígenas, la prevención de la violencia familiar y doméstica y, sobre todo, actividades de formación y educación para la autonomía económica de las mujeres indígenas tacana.
Se definieron las normas de uso y la administración del espacio: la Casa de la Memoria incluirá espacios para talleres formativos, un depósito para la producción, las herramientas y el material de la Asociación Narashú, y un mostrador para comercialización. La Directiva de la Asociación NARASHU coordinarán la planificación de las actividades, los horarios y el sistema rotatorio de limpieza, mantenimiento y seguridad gracias a la aprobación de algunas normas de convivencia.
Finalmente, se establecieron los mecanismos de Sanciones y Modificaciones, definiendo sanciones graduales para infracciones internas y externas. El reglamento será revisado y modificado cada dos años, coincidiendo con el cambio de la directiva de la asociación y del comité.
El resultado del encuentro fue la redacción completa del Reglamento Interno de la Casa de la Memoria. Este documento será finalizado tanto en formato impreso como digital, de modo que todas las personas de la comunidad de Naranjal puedan consultarlo fácilmente, incluso desde sus teléfonos.
