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El 2 de febrero se conmemoró el Día Mundial de los Humedales, siendo una fecha de suma importancia para Bolivia ya que es el país con mayor superficie de humedales declarados como sitios de importancia internacional por la Convención Ramsar, que es un acuerdo internacional que busca proteger estos ecosistemas indispensables para garantizar la vida en nuestro planeta.
Bolivia cuenta con 11 sitios Ramsar que abarcan más de 14 millones de hectáreas de humedales protegidos y por lo menos 3 de ellos podrían clasificarse como amazónicos: los ríos Yata, Matos y Blanco. Los humedales se caracterizan por presentar agua superficial o subterránea, de forma permanente o estacional, y son esenciales para la biodiversidad, la regulación climática y el bienestar de las comunidades locales.
Los humedales amazónicos desempeñan un papel crucial en la regulación del ciclo del agua, la absorción de carbono y el mantenimiento de la estabilidad climática regional. Además, son el hogar de una inmensa biodiversidad, albergando especies emblemáticas como el delfín rosado, el jaguar y numerosas aves migratorias. Estos ecosistemas no solo sustentan la vida silvestre, sino que también son fuente de recursos para comunidades indígenas y campesinas, que dependen de ellos para la pesca, la agricultura y el turismo.
A pesar de su importancia, los humedales amazónicos bolivianos enfrentan amenazas como la deforestación, la contaminación y la expansión de actividades extractivas. Por ello, el gobierno y diversas organizaciones ambientales trabajan en la implementación de políticas de conservación y en la socialización de la necesidad de proteger estos espacios vitales para las generaciones futuras.
El Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPDRS) consciente de la importancia de los humedales ha incentivado la apertura de un nuevo Bosque Educativo en un ecosistema con características de humedal. La ciudad de Riberalta será la sede de este Bosque que, aunque sufra presiones ambientales propias de la actividad urbana, pretende convertirse en una estrategia que no solo busca la conservación, sino también la restitución del vínculo con la Naturaleza a través de esta pedagogía de aula abierta.