lunes 24 junio, 2024
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El XI Foro Social Panamazónico (FOSPA) ha sido un proceso de tejido social que unió a líderes y representantes de los países de la región para emitir un mandato de defensa de la vida, de los pueblos y de la naturaleza.

El FOSPA, realizado en las poblaciones bolivianas de Rurrenabaque y San Buenaventura, entre el 12 y 15 de junio, plantea como agenda una acción permanente para lograr la autonomía de los pueblos, la articulación de las autonomías territoriales, las alianzas entre fuerzas locales y ciudades, la exigencia de consulta a las poblaciones territoriales, el rechazo a las actividades petroleras y mineras destructivas, entre muchas otras iniciativas que nacieron de las discusiones y aportes de las mesas de trabajo.

Cerca de 1.400 personas de los países amazónicos estuvieron en el evento que cuestionó los modelos de desarrollo y las políticas aplicadas por los diversos gobiernos de la región que llevan a la Amazonía hacia un punto de no retorno, destructivo e irreversible, en un momento amenazador para la humanidad y el planeta.

Además de una amplia presencia boliviana de los diferentes departamentos, participaron delegaciones de Brasil, Colombia, Perú, Ecuador, Guyane, Surinam, Venezuela y de otras naciones no amazónicas.

Una comisión de delegados de distintos países y organizaciones indígenas bolivianas presentó las conclusiones en conferencia de prensa, en la cual coincidieron en referirse al FOSPA como un proceso para la incidencia.

Delegados de distintos países y de organizaciones indígenas bolivianas en la conferencia de prensa del 19 de junio en la Federación de Trabajadores de la Prensa de La Paz

El mandato también exige el cumplimiento por parte de los Estados de los convenios internacionales, como los referidos a evitar el colapso climático o la defensa de los derechos, como los reconocidos en el Acuerdo de Escazú.

El XI FOSPA hace énfasis en la acción conjunta frente a cada problema de cada uno de los pueblos amazónicos, como los referidos a la oposición para la aprobación en Bolivia de 19 contratos mineros que afectarían los recursos hídricos y causarían impactos en la salud pública; la anulación de normas que fomentan los incendios forestales y la deforestación, o el rechazo a proyectos para reemplazar cultivos locales por palma africana impulsada por el agronegocio. También se expresaron por el apoyo a la conservación del parque biodiverso del Yasuní en Ecuador para evitar la incursión petrolera, entre tantos otros casos.

“No es oposición al desarrollo, sino por la conservación de la vida”, dijo Noé Macuapa, representante de la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (CPILAP), al explicar que las comunidades que habitan la Amazonía se oponen a ciertos proyectos porque el supuesto “desarrollo” se consigue a costa de vidas.

¿Cómo se va a aplicar el mandato del XI FOSPA? Wálter Limache, representante de la articulación del comité boliviano, explicó que la primera fase es la amplia difusión de las 46 resoluciones.

Walter Limache respondiendo preguntas de la prensa

Cada comité nacional debe continuar el trabajo sobre los problemas y propuestas, y desarrollará acciones de incidencia ante sus respectivos gobiernos. Simultáneamente, las demandas de los líderes indígenas, comunidades campesinas, movimientos, organizaciones y redes de esta región de América del Sur se presentarán en eventos internacionales como la COP 16 sobre Biodiversidad o la COP 30 de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

Además de fortalecer un tejido amazónico, el XI FOSPA ha unido voces con el propósito de que el mandato de los pueblos sea escuchado por los gobiernos y cumplido por los Estados.

Preservar la vida

“Hemos tejido una red de fuerza para poder seguir defendiendo desde nuestras diferentes organizaciones, desde nuestras diferentes posiciones; pero todos bajo un mismo concepto y un mismo principio de defender y luchar por nuestra Amazonía que es nuestra casa grande, de defender nuestros ríos, nuestra flora y nuestra fauna”, expresó Noé Macuapa, de la CPILAP.

Macuapa cuenta que él transita por diversos territorios. En sus caminatas solía detenerse a tomar agua de ríos o vertientes; pero ahora debe comprar agua en botella, debido a la creciente contaminación por efecto de las actividades mineras.

Noé Macuapa da testimonio de los problemas que viven los pueblos indígenas de la Amazonía

Por su parte, Wilma Mendoza, presidenta de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (CNAMIB), destacó que durante el FOSPA se debatió sobre la situación de la tierra y territorio, vulneraciones de derechos, economías propias, salud, educación y violencias contra las mujeres, “pero enfocado al derecho a la vida y a la Amazonía”.

Wilma Mendoza comenta los resultados del Eje Temático 4: Resistencia de las Mujeres

En representación del Comité Internacional, Sonia Cifuentes, de Colombia, explicó que el Foro Social Panamazónico tiene un camino recorrido de 22 años de articulación de propuestas, esta vez abordados desde cuatro ejes temáticos: 1. Pueblos Indígenas y Territorios Amazónicos, 2. Madre Tierra, 3. Extractivismos y Alternativas y 4. Mujeres y Resistencias.

Destacó la alianza de diversos pueblos y movimientos, y el trabajo del Tribunal de Mujeres que analizó y emitió un veredicto sobre siete casos concretos de vulneración a mujeres indígenas.

Por su parte, Luis Alberto Rojas, dirigente del Bloque de Organizaciones Campesinas e Indígenas del Norte Amazónico de Bolivia (BOCINAB), manifestó que “a partir de ahora, ya no vamos a enfrentar la lucha solos, sino la enfrentaremos como una Panamazonía, y se trabajará en conjunto con propuestas”.

A través del P. Diego Plá, la Iglesia Católica, partícipe desde distintas instancias, respaldó el acuerdo por la vida para hacer frente al colapso climático y ecológico. Abogó por dar la voz a los indígenas y consolidar un pacto para la protección, defensa y cuidado del agua y la biodiversidad.

Aludió a una espiral de la muerte que impulsa economías ilegales como el narcotráfico, la delincuencia, la explotación sexual y, la trata y tráfico de personas. Desde lo testimonial, valoró el compromiso del P. Fabio Garbari y la Hna. Gladis Montecinos, religiosos amenazados por defender a los pueblos indígenas, y aludió a las orientaciones del Papa Francisco para escuchar “el clamor de la tierra y el grito de los pobres”.

“Queremos vida y necesitamos hacer cosas diferentes. Queremos Amazonía para los pueblos y desde los pueblos”, complementó Joao Pedro, de Brasil, miembro del Comité Internacional del FOSPA.

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