
Si no se cambia el criterio que hay que educar para que las personas dejen el campo, dejarán el campo porque la educación no se ha contextualizado al territorio. Los tiempos cambian, los enfoques quedan, es tiempo de dar pasos más audaces en los territorios y en la educación.
No es que no haya fuerza y deseos de afianzar los territorios rurales, con grandes logros en los últimos 30 años, ahí están los jóvenes yendo y viniendo en busca de oportunidades. Existe un déficit de orientación hacia el empleo y los emprendimientos propios de la población local, un tema que debe ponerse en agenda de las organizaciones sociales y de organismos privados y públicos.
El Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPDRS), en el marco del consorcio con We Effect y Apoyo Para el Campesino-indígena del Oriente Boliviano (APCOB), presenta el estudio “Juventud rural urbana, situación de empleabilidad para jóvenes en la región de la Amazonía, Chaco y Chiquitanía de Bolivia”.
Esta investigación exploratoria fue desarrollada en seis territorios del país, y recoge las voces de 148 jóvenes, además de instituciones educativas, empresas y gobiernos locales, con el objetivo de comprender la situación del empleo juvenil en áreas rurales e intermedias.
Los resultados revelan que, pese a los avances en los distintos niveles educativos, las oportunidades laborales son escasas, desarticuladas con la formación recibida y altamente precarizadas. La migración, la informalidad y la falta de apoyo para el emprendimiento son constantes en estas regiones. El estudio subraya además las diferencias por género y territorio, y propone una serie de recomendaciones para promover una empleabilidad juvenil con enfoque territorial y de género.
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Estudio exploratorio: juventud rural urbana, situación de empleabilidad para Jóvenes en la Región de la Amazonía, Chaco y Chiquitanía de Bolivia