Por: Investigación – acción, IPDRS
El 3 y 4 de abril de 2025, se llevó a cabo el tercer “Diálogo por la Amazonía: Una alternativa para la Vida”, en la ciudad de Cobija. Este encuentro, convocado por el Bloque de Organizaciones Indígenas y Campesinas del Norte Amazónico de Bolivia – BOCINAB, congregó a diversos sectores que comparten la necesidad de una normativa específica para este territorio, calificado, por el mismo Estado, como estratégico para el desarrollo del país y, actualmente, para luchar contra el cambio climático. Este encuentro fue el tercero, luego de los anteriores realizados en San Buenaventura (La Paz) y Riberalta (Beni), todos en la promoción de la propuesta de Ley Bruno Racua y el fortalecimiento del BOCINAB.
Mercados de carbono en la Amazonía
El Diálogo inició con ponencias de organizaciones internacionales y no gubernamentales, como el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado – CIPCA Norte, quienes, a solicitud de las organizaciones territoriales, explicaron los mercados de carbono desde la perspectiva de la compensación de emisiones que se negocia en las Conferencias de las Partes – COP, convocadas anualmente por la Organización de las Naciones Unidas – ONU. Además, se socializaron otros mecanismos de financiamiento para la preservación de la Amazonía.
La discusión que derivó de estas ponencias se centró en la apertura actual del Estado boliviano a los mercados de carbono, puesto que empresas intermediarias se han acercado a “negociar” con organizaciones territoriales e, incluso, algunas ya han suscrito compromisos. Estas respuestas al cambio climático se presentan como una alternativa frente a la histórica desatención de la que ha sido víctima la Amazonía y que ha sido denunciada en este y muchos otros eventos.
La memoria territorial sobre la lucha por la tierra y territorio reforzó el recuento de iniciativas amazónicas que han quedado como una deuda constitucional, junto al proyecto de Ley Especial de Desarrollo Integral Sustentable del Norte Amazónico de Bolivia “Bruno Racua”, que fue el tema central del Diálogo. Esteban Sanjinés de Fundación Tierra, junto con Damary Vargas, Ejecutiva de la Federación de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias “Bartolina Sisa” – Regional “Madre de Dios” y coordinadora del BOCINAB, socializaron este proyecto de Ley que, pese a que ya fue presentado a la Asamblea Legislativa en varias ocasiones, aún no ha logrado su promulgación.
Trabajo en mesas
Los cuatro capítulos de la Ley fueron analizados y discutidos en mesas de trabajo facilitadas por instituciones aliadas del BOCINAB, como CIPCA Norte, Fundación Tierra, Programa NINA de la Red UNITAS y el Instituto Para el Desarrollo Rural de Sudamérica – IPDRS. Entre las conclusiones más importantes destacan la reafirmación del nombre de la Ley, puesto que no es un simple reconocimiento al héroe indígena Bruno Racua, sino una afirmación de la raíz identitaria amazónica.
Se hizo un énfasis en la economía que moviliza la castaña, tanto a nivel familiar como regional, y cuyos precios no son controlados por las familias recolectoras, suscitándose así temporadas de precios sumamente bajos y sumamente altos, como es el caso de la actual temporada, en conclusión. Además, se tuvo la presencia de Alfonso Almaraz, presidente de la Asociación de Agroextractivista de Recursos Naturales del Río Manuripi de Pando – AARENARMAPA que, como representante del sector barraquero, pidió incluir a todos los sectores de la región.
Las y los jóvenes, una voz propia
Finalmente, la contribución de las y los jóvenes se hizo sentir, pues su análisis reveló problemáticas actuales y una preocupación por la crisis climática. Precisamente, en este tiempo se están dando inundaciones por lluvias que afectan en gran medida a los cultivos que alimentan a buena parte de las familias amazónicas. Las y los jóvenes resaltaron la importancia de la Amazonía como ecosistema, la necesidad de su cuidado y revalorización. El grupo de jóvenes reunió a líderes indígenas y dirigentes campesinos, que vienen participando de diversas actividades sobre la justicia climática, y nos confirman que, las juventudes tienen el potencial de demandar y construir la justicia climática.