En la comunidad rural de Isipotindi, ubicada en el departamento de Chuquisaca, la Unidad Educativa Tamaniguati está demostrando cómo la innovación puede transformar las oportunidades de aprendizaje y sustentabilidad en áreas rurales. La unidad educativa ha implementado un sistema de huertos escolares que no solo educa a los estudiantes sobre la agricultura y el medio ambiente, sino que también contribuye directamente a su alimentación y salud.
Huertos escolares: Sostenibilidad y educación práctica
El huerto escolar de la Unidad Educativa Tamaniguati incluye diferentes sistemas de siembra, como el sistema hidropónico, el sistema tradicional, y el sistema mechero entre otros. Cada uno de estos métodos tiene el objetivo de garantizar una alimentación más saludable para los estudiantes a través del cultivo de verduras y hortalizas, que se utilizan en el desayuno escolar. Además, cuando se generan excedentes, los productos pueden venderse, contribuyendo a la sustentabilidad del centro educativo.
La dinámica de este proyecto involucra a los docentes y estudiantes, quienes cuidan y mantienen el huerto. Cada profesor tiene asignada una parcela junto con su clase, promoviendo el trabajo en equipo, la responsabilidad y el aprendizaje práctico. Este enfoque no solo enseña a los estudiantes sobre la producción agrícola, sino también sobre la importancia del cuidado del agua, un recurso escaso en la región del Chaco, donde las temperaturas pueden llegar hasta los 47 grados.
Desafíos y soluciones en la educación rural
A pesar de los beneficios del sistema hidropónico, uno de los mayores desafíos que enfrenta la comunidad es la falta de electricidad. Los cortes de luz son comunes, lo que puede afectar el funcionamiento de los sistemas de riego, ya que estos dependen en gran medida de la energía eléctrica. Sin embargo, la unidad educativa está comprometida a seguir buscando soluciones creativas para superar estos obstáculos.
Además del huerto, los estudiantes participan en talleres experimentales, como la producción de jabones artesanales utilizando productos naturales como arroz, sábila, miel y café. Estos talleres no solo promueven la educación práctica, sino también el emprendimiento, enseñando a los estudiantes a crear productos que pueden usar y vender.
Futuras proyecciones: Un vivero para la reforestación
El compromiso con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente no termina en los huertos. La escuela está planeando la implementación de un vivero con plantas nativas de la región, como el algarrobo, para promover la reforestación local. Este proyecto no solo contribuirá al entorno natural de la comunidad, sino que también proporcionará a los estudiantes una comprensión más profunda de la importancia de conservar y restaurar los ecosistemas.
Un Ejemplo a Seguir en la educación rural
La Unidad Educativa Tamaniguati es un claro ejemplo de cómo las metodologías educativas en áreas rurales pueden superar los desafíos y ofrecer soluciones para mejorar la calidad de vida de los estudiantes. Este enfoque educativo busca mejorar y fomentar la responsabilidad, el cuidado del medio ambiente y la autosuficiencia en los estudiantes.
Gracias a iniciativas como esta, la educación rural en Bolivia está demostrando que, con creatividad y compromiso, es posible generar un impacto significativo en nuestras comunidades.
Compartimos en el siguiente link un video sobre la Unidad Educativa Tamaniguati Huertos Escolares
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