Por Iver Pedraza Herrera, Investigación – acción IPDRS.

Este 19 y 20 de mayo, en la ciudad de Cochabamba, más de 50 organizaciones, territoriales y de la sociedad civil, se reunieron para construir el posicionamiento político de la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático (PBFCC), de cara a las elecciones nacionales y a la actualización de las metas de reducción de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que Bolivia se propone en sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (CND), documento que informa el estado de situación al respecto en las reuniones internacionales (Conferencias de las Partes – COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
La lectura sociopolítica respecto al panorama nacional se resumió en una múltiple crisis que afecta la cotidianidad desde las dimensiones económica, política, ambiental y climática, y de movimientos sociales, entre las que más afectadas se han visto por la devaluación de la moneda nacional respecto del dólar, el desabastecimiento de combustibles fósiles y de alimentos, la inflación y la polarización que han generado las elecciones venideras.
Juan Carlos Rojas, profesional en ciencias de la educación, y Luciana Jáuregui, socióloga, compartieron sus percepciones respecto a las causas estructurales de esta crisis multidimensional que estamos atravesando, en el contexto nacional. Por un lado, Rojas plantea una reciente reorganización del Estado que contradice los ideales del “proceso de cambio”, al demostrarse que las condiciones de vida de las comunidades indígena originaria campesinas, que supuestamente fueron incluidas y priorizadas en la Nueva Constitución Política del Estado, son cada vez más precarizadas.

Asimismo, apunta como una de las causas principales de la crisis a los extractivismos que, a pesar del nuevo modelo económico plural supuestamente implementado, no ha dejado de sostener la economía nacional. A esto se le suma una corrosión social que ha desarticulado las organizaciones territoriales, logrando que, a través de paralelismos, se prioricen intereses individuales y partidistas, sobre el bienestar colectivo.
Jáuregui complementa esta lectura aduciendo que esta reconfiguración del Estado y de los movimientos sociales se deben a fisuras estructurales en el régimen político del partido de gobierno nacional (Movimiento al Socialismo – MAS IPSP). Esta fragmentación polarizada es un indicador de que ninguna fuerza política en escenario tiene la capacidad de construir mayorías, por lo que no hay una fuerza común que haga funcionar las instituciones del Estado; lo que se evidencia en las distancias entre los órganos ejecutivo y legislativo que, al entorpecer acciones concretas, dejan la toma de decisiones en manos del órgano judicial.
La complejidad de esta crisis se acentúa cuando se reconoce la complejización de actores sociales que no terminan de reconocerse en el carácter plurinacional de Bolivia. Por un lado, élites (como ganaderos, barraqueros, agroindustriales, entre otras) parecieran tener una identificación de clase con discursos que plantean una nueva asamblea constituyente para retroceder a la república; y, por otro lado, sectores en situación de vulnerabilidad no han mejorado sus condiciones de vida, demostrando que el discurso del actual partido de gobierno ha quedado en palabras.
Asimismo, la polarización en las fuerzas políticas que se disputaran las elecciones nacionales pareciera tomar fuerza de dos sectores, principalmente, la minería y el agronegocio. Ambas actividades extractivistas tienen el potencial de alterar los ciclos naturales y amenazan el equilibrio ecológico. Por tanto, todos los partidos y alianzas partidarias que participarán de las próximas elecciones deberán exponer sus propuestas tomando en cuenta que la disputa política también es una disputa por los bienes y funciones naturales que sostienen la vida.

De acuerdo a este panorama, las organizaciones que conforman la PBFCC trabajaron en nueve ejes sobre los que se construyeron exigencias, propuestas y la postura política frente a las elecciones y la actualización de las CND:
- Superar extractivismos en contexto de crisis climática y económica
- Democracia plural, derechos indígenas y justicia climática
- Crisis climática con enfoque de género – generacional
- Transición hacia sistemas agroalimentarios sostenibles y agroecológicos
- Defensa de bosques frente a la deforestación e incendios
- Agua como bien común y sujeta de derechos
- Transición energética justa y popular
- Protección de la biodiversidad y saberes ancestrales
- Gestión ecológica de residuos con justicia ambiental
Te invitamos a ver la Conferencia de prensa de socialización del Posicionamiento:
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El Instituto Para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPDRS) es parte de la PBFCC, y promueve acciones por la defensa territorial y la justicia climática con apoyo de Pan Para el Mundo (PPM) y Oxfam en Bolivia.