
El panorama político actual en Bolivia está marcado por la etapa preelectoral. Primero, los comicios nacionales a realizarse en agosto de 2025, y posteriormente, los comicios subnacionales del 2026. Ambos procesos deben ser los más democráticos y transparentes posibles, por lo que la sociedad civil organizada está iniciando la (re)constitución de una red de observación electoral ciudadana en la que participará el Instituto Para el Desarrollo Rural de Sudamérica – IPDRS.
Fundación Construir, en alianza con la Unión Europea, ha convocado a un taller para iniciar el proceso de (re)constitución de esta red. El IPDRS, junto a otras 37 organizaciones sociales y no gubernamentales, han iniciado las discusiones para consolidar los principios, líneas de acción y enfoques, estructura y estrategias de comunicación, que son requisitos para lograr la acreditación en el Órgano Electoral Plurinacional – OEP.
Democracia en crisis
La multidimensionalidad de la crisis que estamos atravesando fue identificada como el principal desafío que se enfrentará en todo el proceso electoral. Esta crisis se refiere, principalmente, a la coyuntura boliviana respecto al desabastecimiento de combustibles, la falta de pago de la deuda externa que amenaza con ponernos en “default”, la escasez y tipo de cambio paralelo de dólares, el desabastecimiento e incremento del precio en productos de la canasta familiar, la corrupción, entre otros problemas que han profundizado la falta de confianza en el Estado y todos sus niveles de gobierno.
Esta crisis tiene un carácter estructural, la población pareciera haber perdido la confianza en la democracia por la incapacidad de los gobiernos para responder a sus necesidades y por la corrupción, asociada principalmente a los denominados gobiernos progresistas o de izquierda. Esto generó un aparente agotamiento generalizado que ha llevado a la población a depositar su confianza en personajes conservadores que han ganado protagonismo a través de discursos radicales que, por ejemplo, plantean una reforma constitucional para eliminar el carácter plurinacional del Estado boliviano.
Este escenario es fácilmente identificable en países sudamericanos, aunque recientemente se ha visto un panorama similar en países “desarrollados”, como Estados Unidos. En el caso específico de Bolivia, este panorama se ha evidenciado en una fuerte polarización que pareciera estar conduciendo a la población a votar por cualquier oposición al actual partido de gobierno, sin evaluar realmente lo que significaría llevarlas al poder.
Elecciones fuera de las ciudades

La crisis multidimensional también es multiescalar. Este panorama político también se expresa en los territorios rurales, aunque se suman atravesamientos que le dan características específicas. En el caso de las concentraciones urbanas en contextos rurales, es importante entender y atender factores como la multilocalidad de la vivienda.
En las elecciones judiciales de 2024, esta característica se evidenció en localidades de la Amazonía boliviana, como el Sena. El día de votación hubo una gran cantidad de personas que no lograron llegar a las comunidades donde se empadronaron, por lo que era imprescindible que obtengan el Certificado de impedimento. El OEP había previsto 30 certificados para el Sena, un municipio de más de 10 mil habitantes; sin embargo, la cantidad de solicitantes era ampliamente mayor, generando largas filas a la espera de un certificado que tardó hasta dos días en llegar hasta este centro poblado.

Aunque esta situación podría clasificarse como aislada, es una expresión de la pérdida de confianza en la democracia. Los y las solicitantes del certificado de impedimento argüían, principalmente, que la elección de dichas autoridades no cambiaba en nada su cotidianidad, es más, perjudicaba el normal desenvolvimiento de sus actividades laborales que permiten su subsistencia y la de sus familias.
Observación electoral
Es evidente que atender las causas profundas de la crisis de la democracia es un trabajo que se debe asumir. Sin embargo, en atención a la premura de las elecciones nacionales, la (re)constitución de la Red Observa Bolivia priorizará acciones enfocadas en el fortalecimiento del voto informado, coorganización de foros de candidatos y observación de procesos antes y durante las elecciones.

El IPDRS se ha sumado a los esfuerzos de la Red para aportar, desde su experiencia en la gestión territorial, en todo el proceso electoral. Es imprescindible que el acompañamiento territorial desde la sociedad civil organizada contemple acciones para unificar voces frente a la poca credibilidad de las instituciones electorales involucradas. Asimismo, se deberán fortalecer los enfoques de derechos humanos, intercultural, interseccional, intergeneracional, de cultura de paz y transformación de conflictos, que deberán atravesar todo el proceso democrático de las elecciones nacionales y subnacionales venideras.