La trayectoria de Víctor Zambrano en Madre de Dios encarna la complejidad de la Amazonía peruana, donde la memoria familiar, el contacto con pueblos indígenas, las tensiones históricas por la tierra y la presión de actividades extractivas configuran un territorio en permanente disputa. Su experiencia como campesino conservacionista revela cómo la degradación ambiental provocada por la ganadería, la tala y la minería ilegal puede revertirse mediante un compromiso profundo con la recomposición de los suelos, la diversificación productiva y la organización comunitaria. Su papel en la FADEMAD y en la defensa de áreas protegidas demuestra que la búsqueda de justicia territorial requiere confrontar modelos extractivos, construir alternativas agroforestales y fortalecer estructuras locales capaces de ejercer vigilancia y control frente a la ilegalidad. El desafío consiste en demostrar que la regeneración ecológica y la dignificación campesina son posibles incluso en un contexto marcado por la violencia ambiental, la ausencia estatal y la voracidad minera.