El texto sostiene que la producción integral de alimentos practicada por las familias campesinas indígenas de Guatemala desafía varios supuestos del modelo agrícola dominante: que la productividad depende del monocultivo, que la modernización técnica es incompatible con saberes tradicionales y que los sistemas campesinos son improductivos. A partir de una descripción detallada de la milpa, los solares, los huertos mixtos, las parcelas frutícolas y forestales, el ... Leer más
El texto sostiene que la producción integral de alimentos practicada por las familias campesinas indígenas de Guatemala desafía varios supuestos del modelo agrícola dominante: que la productividad depende del monocultivo, que la modernización técnica es incompatible con saberes tradicionales y que los sistemas campesinos son improductivos. A partir de una descripción detallada de la milpa, los solares, los huertos mixtos, las parcelas frutícolas y forestales, el autor muestra que estos sistemas constituyen estrategias complejas e inteligentes de sobrevivencia, donde cada especie cumple una función ecológica y nutricional que fortalece la soberanía alimentaria. Frente a la presión del agronegocio, los costos crecientes, la erosión de suelos y los cambios climáticos, el reto es demostrar que estos sistemas no solo son viables, sino que representan una alternativa estratégica para combatir la desnutrición, preservar la biodiversidad y sostener la economía campesina en Guatemala.
Compártelo en tus redes sociales