La producción de cacao amazónico en Bolivia, sostenida mayoritariamente por pequeños productores, se desarrolla en un contexto marcado por la presión del mercado internacional y por políticas que históricamente han priorizado la exportación por sobre el abastecimiento interno. A pesar de que el país ocupa un lugar marginal en el mercado mundial del cacao, enfrenta una creciente dependencia de importaciones de productos derivados, evidenciando una brecha entre producción, consumo y transformación local. En este escenario, se plantea la necesidad de repensar las estrategias productivas desde una perspectiva de soberanía alimentaria, priorizando el acceso a alimentos nutritivos y saludables para la población antes que la lógica exclusivamente mercantil. El desafío consiste en articular el fortalecimiento productivo del cacao con políticas públicas que garanticen sostenibilidad, equidad social y reproducción de la vida, sin desconocer las oportunidades de exportación, pero subordinándolas a las necesidades alimentarias y sociales del país.