La articulación del Movimiento Regional por la Tierra refleja un esfuerzo creciente por enfrentar las desigualdades estructurales que atraviesan al campo sudamericano, donde la concentración de la tierra, la precariedad institucional y los efectos del neoliberalismo han profundizado conflictos, desplazamientos y disputas territoriales. A partir de la sistematización de experiencias en Colombia, Brasil, Paraguay, Ecuador y Bolivia, el Movimiento impulsa una plataforma ... Leer más
La articulación del Movimiento Regional por la Tierra refleja un esfuerzo creciente por enfrentar las desigualdades estructurales que atraviesan al campo sudamericano, donde la concentración de la tierra, la precariedad institucional y los efectos del neoliberalismo han profundizado conflictos, desplazamientos y disputas territoriales. A partir de la sistematización de experiencias en Colombia, Brasil, Paraguay, Ecuador y Bolivia, el Movimiento impulsa una plataforma abierta de investigación-acción que reconoce a las familias campesinas, indígenas y afrodescendientes como protagonistas de procesos históricos de resistencia, recuperación productiva y defensa de modos de vida diversos. Sus primeros estudios de caso evidencian que, pese a contextos adversos —violencia, latifundio, desarraigo, mercado especulativo de tierras—, las comunidades reconstruyen prácticas agrícolas, consolidan formas de propiedad colectiva y generan alternativas de desarrollo basadas en la autosuficiencia, la asociatividad y la revalorización cultural. Con la meta de alcanzar mil estudios de caso, el Movimiento apuesta por democratizar el acceso a la tierra, ampliar la incidencia política y promover un enfoque rural que supere la mirada asistencialista, situando la solidaridad y la agricultura familiar como pilares de un proyecto transformador para Sudamérica.
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