Las luchas, resistencias y rebeldías feministas de las mujeres de los pueblos indígenas en Sudamérica constituyen una respuesta colectiva frente a las múltiples formas de opresión derivadas del colonialismo, el patriarcado y el modelo capitalista-extractivista. Desde distintos territorios y pueblos originarios, las mujeres indígenas impulsan procesos organizativos y políticos orientados a la defensa de sus derechos individuales y colectivos, la protección de los territorios, la soberanía alimentaria y el Buen Vivir como alternativa al desarrollo hegemónico. Estas luchas se desarrollan en contextos marcados por la violencia estructural, la discriminación, la criminalización de la protesta y los impactos socioambientales de proyectos extractivos, afectando de manera particular a las mujeres. Frente a ello, emergen estrategias basadas en la organización comunitaria, la recuperación de saberes ancestrales, la articulación regional y el fortalecimiento del liderazgo femenino indígena, configurando un movimiento diverso y transnacional que busca transformar las relaciones de poder y avanzar hacia sociedades más justas, equitativas e interculturales.