Los procesos electorales recientes en Sudamérica han puesto de manifiesto las persistentes dificultades para garantizar una participación política efectiva de las mujeres, en particular de aquellas provenientes de ámbitos rurales, indígenas y afrodescendientes. Aunque en varios países se han impulsado normas de paridad, alternancia y cuotas de género, la presencia femenina en candidaturas y cargos de decisión continúa siendo limitada y, en muchos casos, relegada ... Leer más
Los procesos electorales recientes en Sudamérica han puesto de manifiesto las persistentes dificultades para garantizar una participación política efectiva de las mujeres, en particular de aquellas provenientes de ámbitos rurales, indígenas y afrodescendientes. Aunque en varios países se han impulsado normas de paridad, alternancia y cuotas de género, la presencia femenina en candidaturas y cargos de decisión continúa siendo limitada y, en muchos casos, relegada a posiciones secundarias. Las experiencias de Ecuador, Perú, Chile, Colombia y Brasil reflejan avances parciales, acompañados de profundas desigualdades estructurales, violencia política y barreras históricas que condicionan el acceso de las mujeres al poder. En este contexto, las trayectorias de mujeres que logran ocupar espacios políticos relevantes se construyen desde la lucha territorial, la defensa de derechos colectivos y la resistencia a sistemas políticos y económicos que reproducen relaciones de subordinación, lo que plantea la necesidad de transformaciones estructurales más allá del cumplimiento formal de las cuotas de género.
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