El texto sostiene que, pese al discurso del gobierno uruguayo que presenta sus políticas agrarias como transformaciones “protosocialistas” y avances en la redistribución de la tierra, la realidad muestra un proceso profundo de expansión del agronegocio y una creciente concentración de la propiedad impulsada por capitales transnacionales. A través del análisis de datos sobre la forestación, agricultura, ganadería, mercado de tierras y arrendamientos, el autor demuestra que las supuestas reformas estructurales son mínimas frente al dinamismo del capital y que las medidas estatales - como el accionar del INC o el Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales - tienen un impacto marginal frente al avance del mercado. El desafío central, entonces, es desmontar la “hiperrealidad” construida por el discurso oficial y examinar con claridad cómo las decisiones estratégicas del propio Estado están reforzando el modelo concentrador en lugar de transformarlo.