La pandemia del Covid-19 profundizó en Sudamérica las tensiones históricas en torno al acceso a la tierra y el territorio, evidenciando tanto la persistencia del acoso extractivo como la capacidad organizativa y de autogobierno de comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes. En un contexto de paralización económica y restricciones a la movilidad, los territorios rurales desplegaron mecanismos propios de control territorial, provisión de alimentos y cuida ... Leer más
La pandemia del Covid-19 profundizó en Sudamérica las tensiones históricas en torno al acceso a la tierra y el territorio, evidenciando tanto la persistencia del acoso extractivo como la capacidad organizativa y de autogobierno de comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes. En un contexto de paralización económica y restricciones a la movilidad, los territorios rurales desplegaron mecanismos propios de control territorial, provisión de alimentos y cuidado colectivo, revalorizando los sistemas agroalimentarios de cercanía, las redes solidarias y los vínculos campo-ciudad. Sin embargo, la crisis también agravó la vulneración de derechos humanos, el freno a los procesos de restitución y reconocimiento de tierras, el avance del agronegocio y la continuidad de modelos extractivos que priorizaron la economía por sobre la vida. Frente a este escenario, se refuerza la centralidad de las reivindicaciones territoriales y del marco de derechos colectivos como base para la reproducción social, la resiliencia rural y la construcción de alternativas democráticas y sostenibles en Sudamérica.
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