Las elecciones seccionales del 24 de marzo de 2019 en Ecuador evidencian las tensiones y límites del proceso de retorno neoliberal impulsado durante el gobierno de Lenín Moreno, en un contexto de cierre del ciclo progresista y reconfiguración del poder político. Los resultados electorales muestran una débil capacidad de los partidos oficialistas y aliados para consolidarse como fuerza hegemónica a nivel territorial, reflejando una fragmentación del respaldo ciudad ... Leer más
Las elecciones seccionales del 24 de marzo de 2019 en Ecuador evidencian las tensiones y límites del proceso de retorno neoliberal impulsado durante el gobierno de Lenín Moreno, en un contexto de cierre del ciclo progresista y reconfiguración del poder político. Los resultados electorales muestran una débil capacidad de los partidos oficialistas y aliados para consolidarse como fuerza hegemónica a nivel territorial, reflejando una fragmentación del respaldo ciudadano y una pérdida significativa de legitimidad política. Este escenario pone en cuestión la viabilidad del proyecto neoliberal y de la estrategia extractivista como eje para enfrentar la crisis económica, al tiempo que revela la persistencia de resistencias sociales y territoriales frente a la minería y otras actividades extractivas. En conjunto, el proceso electoral deja en evidencia un panorama político marcado por la inestabilidad, la disputa de modelos de desarrollo y el debilitamiento del consenso social en torno a las políticas gubernamentales.
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