Discutir el post-extractivismo en Sudamérica implica cuestionar el modelo histórico que ha definido a la región como proveedora de materias primas. Más allá del auge de los discursos ambientales y del reconocimiento creciente del cambio climático, esta discusión se sostiene sobre tres supuestos fundamentales: que las economías sudamericanas siguen atrapadas en una lógica exportadora que no ha resuelto sus desigualdades internas; que la transición hacia modelos ... Leer más
Discutir el post-extractivismo en Sudamérica implica cuestionar el modelo histórico que ha definido a la región como proveedora de materias primas. Más allá del auge de los discursos ambientales y del reconocimiento creciente del cambio climático, esta discusión se sostiene sobre tres supuestos fundamentales: que las economías sudamericanas siguen atrapadas en una lógica exportadora que no ha resuelto sus desigualdades internas; que la transición hacia modelos post-extractivistas exige repensar el propio concepto de desarrollo, incorporando ideas como el Buen Vivir y el decrecimiento; y que la integración regional es indispensable para enfrentar desafíos globales, pero continúa debilitada por intereses nacionales, falta de coordinación y el distanciamiento de los países más grandes. El reto para Sudamérica es demostrar que puede construir alternativas reales al extractivismo, capaces de combinar justicia ambiental, equidad social y soberanía económica, y no quedarse en debates fragmentados que ignoran las causas estructurales de la crisis climática y el fracaso del modelo tradicional.
Compártelo en tus redes sociales