Las movilizaciones sociales de 2015 en Ecuador marcaron un punto de quiebre en el proyecto desarrollista hegemónico impulsado por el gobierno de Rafael Correa, al evidenciar simultáneamente el desgaste del caudillismo presidencial, la fragilidad de un modelo económico dependiente de las rentas extractivas y la reactivación de actores sociales históricamente marginados. Las tensiones generadas por reformas laborales, tributarias y de ordenamiento territorial revelaro ... Leer más
Las movilizaciones sociales de 2015 en Ecuador marcaron un punto de quiebre en el proyecto desarrollista hegemónico impulsado por el gobierno de Rafael Correa, al evidenciar simultáneamente el desgaste del caudillismo presidencial, la fragilidad de un modelo económico dependiente de las rentas extractivas y la reactivación de actores sociales históricamente marginados. Las tensiones generadas por reformas laborales, tributarias y de ordenamiento territorial revelaron inconsistencias en un discurso que combinaba progresismo tecnocrático con prácticas autoritarias, debilitando la legitimidad del Ejecutivo y otorgando protagonismo a una oposición urbana articulada por alcaldes de derecha. En este escenario, sindicatos, movimientos indígenas y sectores medios recuperaron capacidad de convocatoria, mientras emergía la pregunta crucial sobre si las izquierdas podrán construir una alternativa autónoma frente tanto al desarrollismo extractivista como a la derecha tradicional. El desafío reside en demostrar que la transformación política no puede sostenerse únicamente en un liderazgo vertical ni en un proyecto económico agotado, sino en la reconfiguración democrática de los actores sociales y sus horizontes de cambio.
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