Plantear dónde está realmente el problema del desarrollo rural implica cuestionar décadas de políticas que no han logrado transformar los territorios. Detrás del concepto de “desarrollo territorial” se asume que el progreso rural surge desde lo local, que el territorio es más que un espacio geográfico y que la articulación entre actores puede convertirse en motor de cambio. Pero estos supuestos no son evidentes: la brecha entre las teorías y la capacidad de traducirlas en políticas efectivas sigue siendo profunda. El desafío es construir instrumentos - no decretos - que permitan a los propios territorios generar su desarrollo y, solo así, dar solidez a las visiones que hoy buscan redefinir lo rural.