Las reflexiones sobre los procesos de descentralización en Sudamérica muestran que la transferencia de poder hacia los territorios solo adquiere sentido cuando se acompaña de participación ciudadana efectiva y de mecanismos de control social capaces de democratizar la gestión pública. La experiencia histórica de las décadas de 1980 y 1990 —cuando convivieron la recuperación democrática y la imposición de reformas de libre mercado— evidencia trayect ... Leer más
Las reflexiones sobre los procesos de descentralización en Sudamérica muestran que la transferencia de poder hacia los territorios solo adquiere sentido cuando se acompaña de participación ciudadana efectiva y de mecanismos de control social capaces de democratizar la gestión pública. La experiencia histórica de las décadas de 1980 y 1990 —cuando convivieron la recuperación democrática y la imposición de reformas de libre mercado— evidencia trayectorias distintas entre países, condicionadas por intereses políticos, tensiones institucionales y el involucramiento de organizaciones sociales. En la actualidad, la descentralización enfrenta el desafío de superar tendencias recientes de reconcentración estatal e incorporar agendas emergentes vinculadas a pueblos indígenas, economía campesina, sostenibilidad ambiental y articulación urbano-rural. Alcanzar una gestión territorial más justa requiere fortalecer alianzas sociales, promover pluralismo político y garantizar que las políticas públicas respondan a las necesidades de los actores locales, evitando que la descentralización se reduzca a una mera formalidad administrativa.
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