La reflexión sobre la diversidad y el diálogo de saberes plantea la necesidad de cuestionar la pretensión de un conocimiento universal único, históricamente construido desde una perspectiva eurocéntrica asociada al proyecto moderno-colonial. A partir de una lectura crítica de la colonización, la cartografía, la noción lineal del tiempo y la centralidad europea en la producción de saber, se reivindica la existencia de múltiples lugares de enunciación, territorialidades y temporalidades que coexisten en el mundo. En este marco, el reconocimiento de pueblos indígenas, campesinos y comunidades subalternizadas como protagonistas políticos y epistémicos resulta fundamental para descolonizar el pensamiento y reconfigurar las relaciones de poder. El diálogo de saberes se presenta así como una práctica orientada a la igualdad, la interculturalidad y la valorización de conocimientos situados, capaces de disputar las lógicas de dominación del sistema mundo moderno-colonial y de abrir caminos hacia formas más plurales de comprender y habitar la realidad.