El fenómeno de El Niño, intensificado por el cambio climático, ha provocado impactos severos y diferenciados en Colombia y otros países de Sudamérica, afectando la disponibilidad de agua, la producción agrícola, la seguridad alimentaria y la estabilidad macroeconómica. Sequías prolongadas, pérdida de cultivos, disminución de la ganadería y encarecimiento de los alimentos evidencian la alta vulnerabilidad de la región, especialmente de las poblaciones rurales ... Leer más
El fenómeno de El Niño, intensificado por el cambio climático, ha provocado impactos severos y diferenciados en Colombia y otros países de Sudamérica, afectando la disponibilidad de agua, la producción agrícola, la seguridad alimentaria y la estabilidad macroeconómica. Sequías prolongadas, pérdida de cultivos, disminución de la ganadería y encarecimiento de los alimentos evidencian la alta vulnerabilidad de la región, especialmente de las poblaciones rurales pobres y dependientes de la agricultura. Estos efectos se ven agravados por la falta de planificación estatal, la degradación ambiental y la persistencia de modelos extractivos que profundizan la presión sobre los recursos naturales. A ello se suma la corrupción como un factor estructural que debilita la capacidad de respuesta frente a los fenómenos climáticos, convirtiéndose en una amenaza incluso mayor que los propios eventos naturales. En conjunto, la situación revela la urgencia de abordar los riesgos climáticos desde una perspectiva regional, preventiva y estructural, que articule políticas públicas eficaces y sostenibles.
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