Abordar los conceptos de campesino, indígena y pequeño productor implica enfrentar categorías históricas, sociales y culturales que se superponen y cambian según los países. Albó explica que campesino es, ante todo, un término socioeconómico vinculado al trabajo directo en la tierra y a una relación - aunque sea mínima - con el mercado. En cambio, indígena hace referencia a la identidad, al origen y a la pertenenci ... Leer más
Abordar los conceptos de campesino, indígena y pequeño productor implica enfrentar categorías históricas, sociales y culturales que se superponen y cambian según los países. Albó explica que campesino es, ante todo, un término socioeconómico vinculado al trabajo directo en la tierra y a una relación - aunque sea mínima - con el mercado. En cambio, indígena hace referencia a la identidad, al origen y a la pertenencia cultural a un pueblo específico. Aunque en gran parte de Sudamérica lo campesino y lo indígena suelen coincidir, no siempre significan lo mismo.
El término pequeño productor aparece como un refinamiento moderno de lo campesino, sin diferencias profundas en países con fuerte presencia indígena. Para Albó, estas categorías solo pueden entenderse en cruce: ocupación, cultura, identidad y formas de organización se entrelazan, haciendo que en Bolivia - como en Perú y Ecuador - indígena, originario y campesino funcionen casi como un conjunto incluyente. El reto, entonces, es reconocer estas complejidades y evitar definiciones rígidas, entendiendo que todas estas denominaciones responden tanto a historias de dominación como a procesos recientes de autoidentificación.
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