La producción y comercialización de la castaña amazónica constituye una actividad estratégica para Bolivia, tanto por su liderazgo en el mercado internacional como por su importancia económica y social en las regiones amazónicas del Beni, La Paz y Pando. Sin embargo, las recurrentes sequías asociadas al cambio climático han provocado una drástica reducción en los niveles de producción, afectando directamente los ingresos y las condiciones de vida de las familias recolectoras, en particular de las mujeres castañeras. Frente a este escenario adverso, la organización colectiva, la diversificación productiva mediante la elaboración de derivados con valor agregado, la participación en ferias y procesos de capacitación, así como el fortalecimiento de emprendimientos comunitarios, se configuran como estrategias clave de resistencia y adaptación, orientadas a mejorar la autonomía económica, la seguridad alimentaria y el bienestar de las comunidades amazónicas.