La trayectoria social de la algarroba en el Chaco argentino revela cómo un alimento fundamental para pueblos originarios y campesinos - nutritivo, simbólico y profundamente ligado al monte - fue perdiendo valor a medida que avanzaron la frontera agropecuaria, la concentración de tierras y la transformación de los productores en asalariados precarios. Lo que antes representaba autonomía, saberes ancestrales y diversidad alimentaria terminó siendo visto como práctic ... Leer más
La trayectoria social de la algarroba en el Chaco argentino revela cómo un alimento fundamental para pueblos originarios y campesinos - nutritivo, simbólico y profundamente ligado al monte - fue perdiendo valor a medida que avanzaron la frontera agropecuaria, la concentración de tierras y la transformación de los productores en asalariados precarios. Lo que antes representaba autonomía, saberes ancestrales y diversidad alimentaria terminó siendo visto como práctica “pobre” o “aborigen”, desplazada por cultivos de renta y por productos industrializados que prometían modernidad. El desafío actual es demostrar que la revalorización de la algarroba - como alimento, como recurso productivo y como patrimonio cultural - puede abrir caminos para fortalecer identidades, economías familiares y formas sostenibles de vida en el territorio chaqueño, legitimando así el esfuerzo por recuperar y dignificar estas prácticas históricas.
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