Reconocer la centralidad de la agricultura familiar en Bolivia dentro del marco de la soberanía alimentaria resulta insuficiente si no se confrontan las profundas limitaciones estructurales que condicionan su productividad, su bienestar y su continuidad generacional. Aunque este sector abastece la mayor parte de los alimentos tradicionales del país y posee potencialidades vinculadas a la tecnología apropiada, el riego, la asociatividad y la protección cultural y ambi ... Leer más
Reconocer la centralidad de la agricultura familiar en Bolivia dentro del marco de la soberanía alimentaria resulta insuficiente si no se confrontan las profundas limitaciones estructurales que condicionan su productividad, su bienestar y su continuidad generacional. Aunque este sector abastece la mayor parte de los alimentos tradicionales del país y posee potencialidades vinculadas a la tecnología apropiada, el riego, la asociatividad y la protección cultural y ambiental, su contribución se ve restringida por el minifundio, la baja inversión pública, el limitado acceso a tecnología, la escasa disponibilidad de agua y la inestabilidad de los mercados. El desafío radica en demostrar que es posible transformar estas unidades productivas mediante políticas de desarrollo integral, reasignación territorial y apoyo sostenido, superando la expectativa injusta de que los agricultores familiares sostengan por sí solos la soberanía alimentaria cuando carecen de los recursos básicos para hacerlo.
Compártelo en tus redes sociales