martes 4 febrero, 2025
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La Unidad Educativa Nampawe Onkyere Yatewe se encuentra en el corazón del Parque Nacional Yasuní (Ecuador), dentro de la Comunidad Kawymeno, parroquia Cononaco, cantón Aguarico, en la provincia de Orellana. Esta región, parte del régimen Sierra Amazonía, es reconocida por su riqueza cultural, destacando la presencia de la etnia Waorani, y por ser la reserva con mayor biodiversidad de flora y fauna en el mundo. El entorno único y remoto de esta comunidad influye pr ... Leer más

La Unidad Educativa Nampawe Onkyere Yatewe se encuentra en el corazón del Parque Nacional Yasuní (Ecuador), dentro de la Comunidad Kawymeno, parroquia Cononaco, cantón Aguarico, en la provincia de Orellana. Esta región, parte del régimen Sierra Amazonía, es reconocida por su riqueza cultural, destacando la presencia de la etnia Waorani, y por ser la reserva con mayor biodiversidad de flora y fauna en el mundo. El entorno único y remoto de esta comunidad influye profundamente en las dinámicas educativas, presentando tanto oportunidades extraordinarias como desafíos específicos.

Desde su fundación, el 15 de diciembre de 1995, la institución ha sido un pilar en la formación de los estudiantes de la región. Adapta continuamente los programas educativos para satisfacer las necesidades cambiantes de la comunidad y cumplir con las normativas del Ministerio de Educación. Sin embargo, en este rincón del mundo, donde la civilización moderna apenas roza la vida diaria, las condiciones de vida son particularmente exigentes.

El acceso a la comunidad de Kawymeno es solo por vía aérea y fluvial. Llegar hasta aquí requiere un viaje de ocho horas por el río Napo, desde la ciudad del Coca, una travesía que revela tanto la magnificencia de la selva como el aislamiento en que viven sus habitantes. Las familias de la comunidad dependen principalmente de la caza, la pesca y lo que la naturaleza les brinda. La electricidad es un lujo raro, proporcionado solo por un generador que funciona unas pocas horas al día, haciendo que la introducción de cualquier tipo de tecnología moderna sea un desafío formidable.

La educación en este entorno ha enfrentado numerosas limitaciones, desde la escasez de materiales didácticos hasta la falta de acceso a recursos básicos como la electricidad. Como docente, me enfrenté a la tarea de introducir las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) en un lugar donde el concepto de tecnología era prácticamente inexistente. Esta iniciativa no solo implicaba superar barreras físicas y logísticas, sino también desafiar las limitaciones culturales y tecnológicas inherentes a la comunidad. Este ensayo describe mi experiencia y los impactos significativos de las TICs en el proceso educativo de esta comunidad aislada, transformando la manera en que los estudiantes aprenden y se conectan con el mundo exterior.

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