La cartografía social se consolida como una herramienta participativa clave para la gestión territorial en contextos campesinos, indígenas y urbanos, al permitir visibilizar problemáticas ambientales, sociales y culturales desde los saberes y experiencias locales. A través de ejercicios de cartografía socioambiental, de violencia de género y de percepción territorial de niños y niñas, se evidencian afectaciones como la contaminación de recursos naturales, la i ... Leer más
La cartografía social se consolida como una herramienta participativa clave para la gestión territorial en contextos campesinos, indígenas y urbanos, al permitir visibilizar problemáticas ambientales, sociales y culturales desde los saberes y experiencias locales. A través de ejercicios de cartografía socioambiental, de violencia de género y de percepción territorial de niños y niñas, se evidencian afectaciones como la contaminación de recursos naturales, la inseguridad y las violencias cotidianas, así como el deterioro de la infraestructura y los espacios públicos. Estos mapas, además de cumplir una función pedagógica y movilizadora, facilitan la construcción de diagnósticos colectivos, fortalecen el ejercicio de derechos territoriales y aportan insumos para la incidencia en políticas públicas y la toma de decisiones locales. En este sentido, la cartografía social se configura como un punto de partida estratégico para la investigación participativa y la construcción de soluciones orientadas a una gestión territorial más inclusiva y sostenible.
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