La apropiación del agua en el nordeste brasileño se ha convertido en un eje central del avance del agronegocio, configurando un proceso de acumulación territorial que subordina los derechos de las comunidades campesinas, indígenas y tradicionales a los intereses privados de grandes corporaciones. A partir del caso de la Chapada Diamantina, en el estado de Bahía, se evidencia cómo la expansión del agronegocio y del turismo empresarial se apoya en políticas públic ... Leer más
La apropiación del agua en el nordeste brasileño se ha convertido en un eje central del avance del agronegocio, configurando un proceso de acumulación territorial que subordina los derechos de las comunidades campesinas, indígenas y tradicionales a los intereses privados de grandes corporaciones. A partir del caso de la Chapada Diamantina, en el estado de Bahía, se evidencia cómo la expansión del agronegocio y del turismo empresarial se apoya en políticas públicas de captación y gestión hídrica que priorizan la irrigación intensiva y la rentabilidad económica, generando escasez de agua para el consumo humano, la producción campesina y la reproducción cultural de las comunidades locales. Este modelo, heredero de estructuras históricas de latifundio y coronelismo, reproduce relaciones de dependencia, despojo y degradación ambiental, al tiempo que mercantiliza el agua y los territorios, transformándolos en simples factores de producción. Frente a ello, las resistencias comunitarias y las luchas por la defensa del agua emergen como expresiones de autonomía territorial y de cuestionamiento a un modelo de desarrollo neocolonial que amenaza la sostenibilidad ecológica y la continuidad de los modos de vida campesinos en Brasil.
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