El inicio del Decenio Internacional del Agua para el Desarrollo Sostenible pone de relieve la centralidad del agua como bien común indispensable para la vida, especialmente en los territorios rurales de América Latina, donde persisten profundas desigualdades en el acceso, la calidad y la gestión de este recurso. A pesar de los avances logrados en las últimas décadas mediante políticas públicas, inversiones e innovaciones tecnológicas, millones de personas rurales —en particular pueblos indígenas y comunidades vulnerables— continúan sin acceso adecuado al agua potable y al saneamiento, enfrentando además conflictos derivados de la priorización de usos extractivos e industriales por sobre el consumo humano. El agua no solo cumple una función productiva y económica, sino que constituye un elemento articulador de la vida social, cultural y organizativa de las comunidades rurales, vinculado a la cosmovisión, la identidad y la gestión territorial. En este contexto, el decenio se plantea como una oportunidad para fortalecer una gestión integral, participativa y sostenible del agua, que articule saberes ancestrales y conocimientos contemporáneos, garantice el derecho humano al agua y promueva transformaciones en los modelos de desarrollo y los estilos de vida, tanto rurales como urbanos.