La expansión de la agroindustria en Sudamérica se ha consolidado como un modelo profundamente concentrador y excluyente que genera graves impactos sociales, ambientales y territoriales, afectando de manera directa a comunidades campesinas, indígenas y trabajadores rurales. A través de la analogía con la película Logan, se evidencia que el despojo de tierras, el acaparamiento del agua, la imposición de monocultivos transgénicos y la violencia contra quienes defien ... Leer más
La expansión de la agroindustria en Sudamérica se ha consolidado como un modelo profundamente concentrador y excluyente que genera graves impactos sociales, ambientales y territoriales, afectando de manera directa a comunidades campesinas, indígenas y trabajadores rurales. A través de la analogía con la película Logan, se evidencia que el despojo de tierras, el acaparamiento del agua, la imposición de monocultivos transgénicos y la violencia contra quienes defienden sus territorios no son hechos aislados, sino prácticas estructurales del agronegocio contemporáneo. Casos como Brasil, Argentina y Paraguay muestran un patrón común de concentración de la tierra, expansión de la frontera agrícola, deforestación, degradación de suelos, inundaciones y criminalización de la protesta social, todo ello respaldado por políticas estatales y marcos legales que priorizan la exportación y la rentabilidad empresarial. En conjunto, el texto plantea que este modelo extractivista pone en riesgo la soberanía alimentaria, los derechos humanos y la sostenibilidad ambiental, revelando la urgencia de repensar las políticas rurales y los sistemas productivos desde una perspectiva de justicia social y territorial.
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