La producción lechera en Bolivia enfrenta una coyuntura crítica marcada por la volatilidad del mercado internacional, los efectos del cambio climático y una estructura productiva heterogénea que combina pequeños, medianos y grandes productores. A pesar del crecimiento sostenido de la producción nacional en los últimos años, persisten problemas vinculados a precios, sistemas de cupos, competitividad y sostenibilidad ambiental, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria con soberanía. En este contexto, se plantea la necesidad de fortalecer la institucionalidad pública, privada y comunitaria, promover políticas compensatorias, incentivar la asociatividad y desarrollar el complejo productivo lácteo desde una perspectiva territorial. Asimismo, se subraya la importancia de innovar en prácticas ganaderas, mejorar la calidad e inocuidad de la leche, ampliar los mercados estatales y articular la producción con el consumo interno, con el fin de garantizar el acceso a alimentos nutritivos, proteger el empleo rural y avanzar hacia un modelo lechero resiliente y sostenible frente a los desafíos climáticos y económicos.