Explorar las agriculturas campesinas en Latinoamérica implica reconocer no solo su importancia histórica y cultural, sino también su papel decisivo en los debates contemporáneos sobre territorio, alimentación, sostenibilidad y justicia social. El recorrido intelectual de François Houtart revela cómo, frente al avance del monocultivo, la lógica de mercado y los procesos de destrucción ambiental, la agricultura campesina emerge como una alternativa civilizatoria capaz de nutrir a la humanidad, regenerar los ecosistemas y garantizar el bienestar de sus actores. A partir de experiencias en Asia, Centroamérica y Sudamérica, se evidencia que los desafíos actuales —deforestación, agrocombustibles, desigualdad, desplazamiento, degradación del suelo y captura corporativa de territorios— exigen repensar profundamente el modelo de desarrollo dominante. El reto es demostrar que otra forma de producción es posible, sustentada en la defensa de la vida, la organización social y políticas que fortalezcan a los campesinos como sujetos plenos de transformación.