El recorrido histórico de la descentralización en Chile muestra un proceso marcado por tensiones entre centralismo, legitimación política y la consolidación del modelo neoliberal, donde las reformas impulsadas desde mediados del siglo XX hasta la actualidad han oscilado entre ampliar la presencia estatal en los territorios o restringirla en favor del mercado. Desde los primeros intentos asociados al modelo de sustitución de importaciones, pasando por su instrumenta ... Leer más
El recorrido histórico de la descentralización en Chile muestra un proceso marcado por tensiones entre centralismo, legitimación política y la consolidación del modelo neoliberal, donde las reformas impulsadas desde mediados del siglo XX hasta la actualidad han oscilado entre ampliar la presencia estatal en los territorios o restringirla en favor del mercado. Desde los primeros intentos asociados al modelo de sustitución de importaciones, pasando por su instrumentalización durante la dictadura —cuando la descentralización se combinó con privatizaciones, regionalización geopolítica y la profundización de desigualdades territoriales— hasta las reformas democráticas de los años noventa, el proceso ha sido parcial, fragmentado y condicionado por un marco constitucional antidemocrático que limita la autonomía regional. Los desafíos actuales apuntan a reconfigurar este esquema mediante autonomías efectivas, una asamblea constituyente que redefina la distribución del poder, el fortalecimiento del tejido social y la recuperación de mercados locales debilitados por la concentración empresarial. En este horizonte, la descentralización solo puede transformarse en una vía de desarrollo equitativo si articula cambios estructurales, participación ciudadana y un paradigma estatal capaz de democratizar la gestión territorial.
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