Reflexionar sobre la integración regional desde la perspectiva peruana implica cuestionar varios supuestos que suelen darse por sentado en el discurso político: que la integración sudamericana es un proyecto vigente, que puede responder a los desafíos económicos y ambientales actuales, y que los países de la región comparten una visión común de desarrollo. El autor muestra que, lejos de esa narrativa, los procesos reales —como la primarización de las economí ... Leer más
Reflexionar sobre la integración regional desde la perspectiva peruana implica cuestionar varios supuestos que suelen darse por sentado en el discurso político: que la integración sudamericana es un proyecto vigente, que puede responder a los desafíos económicos y ambientales actuales, y que los países de la región comparten una visión común de desarrollo. El autor muestra que, lejos de esa narrativa, los procesos reales —como la primarización de las economías, la firma de tratados bilaterales con potencias del norte y la creciente dependencia de mercados externos— han debilitado cualquier horizonte de articulación regional. A ello se suma un agro peruano profundamente transformado, con alta concentración de tierras y fuerte orientación exportadora, que dificulta pensar en una integración basada en complementariedades productivas. El reto para Perú y la región es demostrar que la integración puede ir más allá del discurso simbólico y convertirse en una estrategia capaz de enfrentar los desafíos del cambio climático, la desigualdad rural y la sostenibilidad productiva.
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