Reflexionar sobre la cooperación internacional en medio de la crisis financiera implica reconocer que este no es solo un problema de mercados, sino un fenómeno que pondrá a prueba la arquitectura global de solidaridad. La idea de que la cooperación pueda sostenerse en tiempos de recesión descansa en supuestos complejos: que los países ricos mantendrán su compromiso pese a la caída de sus economías; que la opinión pública seguirá respaldando la ayuda externa a ... Leer más
Reflexionar sobre la cooperación internacional en medio de la crisis financiera implica reconocer que este no es solo un problema de mercados, sino un fenómeno que pondrá a prueba la arquitectura global de solidaridad. La idea de que la cooperación pueda sostenerse en tiempos de recesión descansa en supuestos complejos: que los países ricos mantendrán su compromiso pese a la caída de sus economías; que la opinión pública seguirá respaldando la ayuda externa aun con desempleo creciente; y que las instituciones financieras multilaterales garantizarán mecanismos de apoyo a los países más vulnerables. El desafío es lograr que estos supuestos se mantengan en un contexto donde predominan el nacionalismo económico, la reducción de fondos y la incertidumbre mundial.
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